La práctica aficionada otorgada en la ENACR es ante todo « una escuela de vida ». Quiere desarrollar valores de compartir, de solidaridad y de responsabilidad en los participantes y proporcionar un aprendizaje susceptible de ser re-invertido de otra manera en su vida cotidiana.
Luego, mediante diversas acciones, la práctica aficionada quiere sensibilizar la mirada del espectador, y formar de esta manera un público atento y activo.
Todo el aprendizaje emana del concepto de placer. Placer resultado del juego creativo, del trabajo físico intenso, del intercambio con otros.
La práctica aficionada tal como se concibe en la ENACR no se reduce al dominio de las técnicas. Quiere también desplegar las capacidades para escuchar, para observar y para concentrarse, hacer descubrir la experiencia de perseverancia y permitir tomar consciencia de la importancia de los otros en el proceso creativo.